Tarea 3
Raleo
en frutales una práctica que mejora la calidad e incrementa la productividad
frutícola
Índice
1. Introducción
2. Factores que se deben
considerar en raleo.
3. Efectos del raleo.
4. Diferentes métodos de
raleo.
6. Conclusiones
1.
Introducción
El raleo de frutos es una de
las labores más importantes del manejo de huertos para muchas especies
frutales, ya que determina la productividad del huerto, el calibre de la fruta
y, en algunos casos como el manzano. Esta labor representa, además, una proporción
importante de los costos totales de manejo. También existe un costo encubierto,
representado por la disminución de calibre final de la fruta, producto del
menor efecto de la labor al ser realizada tarde, normalmente en forma manual.
El exceso de fructificación
es un fenómeno muy frecuente en árboles frutales, especialmente en Chile, donde
por lo general no existen accidentes climáticos que limiten la floración, la
cuaja de frutos y el posterior desarrollo de éstos.
Hay especies frutales que,
salvo excepciones, en estado adulto fructifican todos los años en cantidad
superior a aquella que es capaz de soportar el árbol o aquélla que permite
obtener suficiente calidad. Entre éstas se encuentra el duraznero y algunas
variedades de manzano. En otras especies, el exceso de fructificación ocurre
año por medio, de manera alterada con otro en que hay una baja fructificación;
esto ocurre en numerosas variedades de manzano.
El exceso de fructificación,
o de carga como habitualmente se le denomina, produce una serie de
dificultades, las que normalmente se traducen en cuantiosas pérdidas
económicas. Entre los problemas derivados de una carga excesiva en los árboles,
se puede mencionar él quiebre o desgaje de ramas, un tamaño insuficiente en la
fruta, un tamaño insuficiente en la fruta, un retraso en la coloración y
maduración de la misma y una menor o nula producción en el año siguiente.
También ocurre una
diminución en el crecimiento vegetativo, que ocurre como resultado de la
competencia que la fruta ejerce sobre los brotes por el uso de carbohidratos y
elementos minerales.
Los inconvenientes del
exceso de fructificación se pueden eliminar o atenuar en gran medida con raleo
de frutos.
La operación consiste en
remover el exceso de flores o frutos en estado inicial de desarrollo en árboles
demasiados cargados, dejando un número suficiente para obtener un rendimiento
aceptable, con fruta uniforme, de buen tamaño y calidad. Con esto se trata de
que la disminución en el número de frutos sea compensado con el aumento del tamaño
y el mejoramiento de la calidad de los mismos, disminuyendo de paso él quiebre
de ramas y la producción alternada.
En el caso del manzano,
raleo se debe realizar dentro de los 40 días siguientes a plena floración, si
se quiere obtener una buena floración al año siguiente.
En variedades de duraznero
propensas a la partidura de frutos, el raleo debe retardarse hasta después del
período de endurecimiento de éste, ya que en estos casos, mientras más temprano
se realice en manejo, mayor es el problema de partidura. En cambio, existen
variedades en que la época más recomendada es al inicio del endurecimiento del
carozo. En variedades de maduración temprana, es recomendado adelantarse a éste
estado.
En general, existe un sin
número de ventajas al realizar el raleo en árboles frutales, sin embargo,
existen ciertas épocas de realizar este manejo, además de existir diferentes
formas o modos de realizarlo, como es el caso del raleo manual, mecánico y
químico. También existen algunas recomendaciones que se deben tomar en cuenta,
dependiendo del tipo, variedad y condiciones agroclimaticas, entre otras, las
que influyen en el buen desarrollo del raleo.
2. Factores que se deben considerar en raleo.
La finalidad de realizar la
operación del raleo, es ajustar una adecuada relación entre la cantidad de
hojas disponibles y el número de frutos. Se estima como óptima una relación de
20 a 40 hojas por fruto. En esta relación, se contabilizan no sólo las hojas
adyacentes a cada fruto, sino el total de la ramilla, e incluso las de brotes
vecinos sin fruta, siempre que estén ubicados por sobre él mismo en la rama.
Las cifras se refieren a
fruta que llegue a madurez y al momento de ralear se debe bajar
proporcionalmente a la caída de fruta que se espera desde el raleo en adelante,
además del número de hojas que se presume aparecerán después. En general, al
momento de realizar la operación, se considera la mitad del número de hojas por
fruto.
Existe un mayor efecto en
cuanto a aumentar el tamaño de la fruta y disminuir el añerismo al realizar una
operación temprana de raleo. No obstante, al mismo tiempo aumentan los riesgos
de que el número de frutos sea insuficiente, como consecuencia de ciertos
accidentes climáticos, tales como granizo, heladas y vientos, entre otras. Esto
puede ocasionar una pérdida adicional de frutos, lo que no sería conveniente en
términos económicos.
Un factor extra a considerar
es la caída natural de fruta, la ésta presente en muchos árboles. Esta caída de
fruto ocurre pocos días después de la cuaja. Además existe una segunda caída,
la que ocurre unas semanas después, en donde el fruto tiene un diámetro
aproximado de 1 a 3 cm.
En especie y variedades muy
expuestas a la caída de fruto, se recomienda realizar un raleo con
posterioridad a la caída.
Hay ciertos huertos en donde
la producción alternada es un problema, y debido a éste, se recomienda efectuar
raleo antes del período de inducción floral, el cual ocurre aproximadamente a
mediados de primavera en pomáceas y a fines de primavera en frutales de carozo.
Cuando ocurre un accidente
natural o de manejo, como es el caso de heladas, granizos, aplicación errónea
de algún químico, que pueda causar la caída de fruto, se debe dejar pasar
suficiente tiempo para que estos efectos se manifiesten completamente, antes de
realizar raleo.
Existen otros factores que
se deben considerar antes de realizar un raleo, y así lograr los resultados
esperados con esta operación. Alguno de los factores son:
Según
la especie y la variedad.
Existen algunas diferencias
en el tamaño del fruto entre las especies y entre las variedades. Con relación
a esto, en algunos casos, raleo debe ser realizado en una época más temprana o
tardía. Además se debe dejar un mayor o menor espacio entre los frutos.
Dependiendo
del vigor del árbol frutal.
En árboles con poco vigor
necesitan de un raleo más severo y con una mayor frecuencia, en comparación con
los árboles que poseen un mayor vigor. Esto se debe a que los árboles que
poseen un bajo vigor, desarrollan una fruta que no se compara con la de los
árboles que contemplan un mayor vigor.
Según
la carga de fruta.
Cuando el árbol, en su
conjunto, esta moderadamente sobrecargado, puede ser conveniente realizar un
raleo. Esto es importante cuando la fruta tiende a agruparse en racimos, en
donde la función o el objetivo del raleo, es distribuirla en forma regular.
Otro factor importante a
considerar, es cuando algunas ramas o porción del árbol posee una carga marcada
o excesiva, ya que éstos árboles no desarrollarán una fruta de buena calidad o
presentación, en comparación con un árbol que posee una carga uniforme. En este
caso es recomendable proceder al raleo.
No es necesario realizar el
raleo solamente cuando el árbol se encuentra con una sobrecarga, sino también
es recomendable, cuando una parte o segmento de éste, se encuentre con una
excesiva carga de fruta.
Dependiendo
del tipo de suelo.
Desde el punto de vista de
la fertilidad o de la reserva de humedad, un suelo puede ser pobre, en donde la
carencia de éstos, puede retardar el desarrollo del fruto y como consecuencia,
la obtención de fruto de menor tamaño. Debido a esto, acompañado de un programa
de mejoramiento de suelo, es conveniente realizar un raleo aún cuando la carga
no sea más que moderada.
Según
la edad del árbol.
En árboles viejos, muchas
veces es necesario realizar un raleo, con el objetivo de que la fruta alcance
un mayor tamaño, ya que estos árboles se caracterizan, en su mayoría, por
poseer una fruta de un tamaño reducido.
3. Efectos del raleo.
Una de las razones
principales por las cuales se realiza el raleo, es el beneficio que se logra en
el tamaño de la fruta, lo que ocurre en mayor grado mientras más temprano se
lleve a cabo, debido a la reducción en la competencia en el período de división
celular.
Desde el desarrollo de la
flor, se comienza a fijar el potencial de tamaño del fruto, por lo tanto un
fruto que cuente con un tamaño grande en sus inicios, también en la madurez
contara con ésta característica. En el caso de un fruto con un tamaño reducido
en su inicio, mantendrá ésta condición.
Dada la importancia que
tiene el tamaño del fruto, la eliminación de los frutos que cuenten con un
tamaño reducido, mejorara el calibre de los otros frutos que se mantendrán en
el árbol. Esto se debe a que se disminuye la competencia, aumentando el
desarrollo de los frutos que persisten en el árbol.
La estimulación de la
iniciación floral del año siguiente, también es un efecto a considerar, debido
a que ésta se encuentra gobernada por el balance entre la superficie foliar del
dardo y las semillas del fruto, ya que las hojas que proveen de carbohidratos,
favorecen la formación de flores en los dardos. En éste caso, raleo elimina
algunos embriones jóvenes, los que producirían inhibidores de la floración.
Raleo también mejora la
calidad, tanto en apariencia del fruto, como en el gusto de éste.
El mejoramiento del color en
la fruta, también se ve beneficiado por el raleo. Esto es de suma importancia
al momento de comercializar la fruta, dado que existen ciertas normas y
exigencias en el mercado.
Lo esencial del raleo, es
buscar un aumento en el calibre del fruto y la formación de yemas, pero a su
vez se pueden obtener un sin número de otros beneficios, tales como; un mejor
color, un mayor contenido de azúcar, un mejor control sanitario, y muchos otros
beneficios.
Otro factor que se debe
considerar es la rotura de árboles, que a menudo es un aspecto que se descuida,
y por esto, una sobre carga de fruta en el árbol puede traer graves
consecuencias.
4.
Diferentes métodos de raleo.
Existen ciertos métodos que
se utilizan para el raleo, los cuales pueden o no depender de la situación del
huerto.
Raleo
Manual.
Este tipo de raleo, en
términos generales, consiste simplemente en el derribe de las flores o frutos
con las manos. Antiguamente los frutos se raleaban a una distancia
predeterminada, pero en la actualidad se ha podido observar que el raleo es
mejor realizarlo por tamaño. Este consiste en el derribo de frutos pequeños o
débiles, independientemente del espacio comprendido entre los que quedan,
aunque con las mismas consideraciones generales dadas para la intensidad del
raleo deseado. Sin embargo, si se realiza un raleo por tamaño se debe tener un
cuidado especial para no dejar frutos juntos, de forma que no se compriman
entre ellos o contra las ramas. Es de real importancia tener éstos cuidados con
especies y variedades que posean un fruto grande y, además de un pedúnculo
corto o pequeño.
Raleo
Mecánico.
Este tipo de raleo puede ser
realizado de diversas formas; Se puede efectuar un raleo efectivo en floración
o poco después, mediante un chorro directo de agua a alta presión producido por
un pulverizador manual.
Otro método es el uso de una
brocha de cerda rígida para "barrer" algunos frutos que son aún muy
pequeños.
También se puede utilizar un
vibrador, el cual puede ser el mismo que se utiliza para la recolección
mecánica.
Se requiere de cierta
habilidad para evitar un raleo en forma excesiva.
Este método presenta ciertos
inconvenientes, los cuales son; Derriba los frutos sin distinción, es decir,
elimina tanto los frutos grandes como los pequeños.
Dado a que existen ciertas
zonas del árbol que son más consistentes, puede derribar una mayor cantidad
frutos, lo cual puede ser perjudicial.
Existe un porcentaje de
frutos que caen posteriormente, y esto se debe a las lesiones que sufren
durante la operación.
Raleo
Químico.
El raleo químico se realiza
en árboles en donde se espera una gran fructificación, este se desarrolla
mediante la aspersión de un producto químico.
Las respuestas al raleo
químico son variables, es por esto que es recomendable realizar ciertas pruebas
o ensayos con algunos árboles, antes de realizar la aplicación generalizada en
el huerto. Estos ensayos se deben realizar, como mínimo, en un período de
tiempo de un año, se debe considerar las dosis y fechas de aplicación. Todo
esto acompañado de los diversos factores que se deben considerar para realizar
un raleo.
Existen ciertas ventajas que
posee raleo químico, en comparación con un raleo manual o mecánico, las cuales
son:
Ø Los
costos son mucho menores.
Ø Se
obtiene un mejor tamaño en el fruto.
Ø La
calidad del fruto es mejor.
Ø Existe
una mayor regulación en la alternancia de ciertas especies y variedades.
Él raleo químico también
tiene ciertas desventajas, si se compara con el raleo manual o mecánico, como
son; Puede existir un raleo muy intenso.
En el manzano, se ha
aplicado tradicionalmente el raleo químico de frutos, aprovechando la
diferencia que existe en el desarrollo de diferentes flores del ramillete
floral. Básicamente han existido dos enfoques:
El primero a sido dirigido a
las flores, durante el período de floración, utilizando productos caúticos como
es el caso del Dinitro orto cresol (DNOC).
El segundo enfoque, es el
dirigido a los frutos, en el período que contempla de 2 s 3 semanas después de
la floración, encontrándose con frutos de 9 a 11 mm., Utilizando productos como
el Ácido naftalén acético (NAA) y Carbaryl.
Actualmente la estrategia
relativamente estandarizada, es la aplicación de Selinon, seguido de Carbaryl,
aunque existen algunos problemas que serían derivados de la aplicación de éste,
provocando russet, disminución del número de semillas y también una disminución
en el tamaño del fruto.
Se debe destacar que el
criterio basado en el tamaño del fruto, se encuentra obsoleto en algunas áreas
de cultivo, considerando que en la actualidad existe un período de sensibilidad
dentro del cual, se recomienda realizar aplicaciones de reguladores, basándose
en las condiciones ambientales.
Existe otro elemento que
ratifica la necesidad de realizar la labor de raleo químico, sobre todo en
Chile, debido a que productos tradicionalmente utilizados como raleadores de
post-floración, como es el caso de Carbaryl, ha demostrado que en aplicaciones
tempranas, como es el período de floración, tiene una mayor actividad
raleadora, la que resulta más apropiada a las condiciones. En el caso del NAA,
ha demostrado que en la aplicación temprana, como es el período posterior a la
caída de pétalos, también tiene una mayor actividad raleadora.
Época
de raleo.
El efecto de la época, se
puede apreciar en aquellos árboles que quedan con baja carga frutal desde sus
inicios, los que sólo necesitarán de raleos muy suaves para alcanzar frutas de
buen calibre. Esta decisión puede ser fundamental, pues la mayoría de las veces
el repaso del raleo termina siendo más perjudicial que el haber dejado toda la
fruta en el árbol, porque la cantidad eliminada, especialmente en aquellos
árboles que necesitaban un raleo suave, afecta en mayor proporción la
producción y no tanto el tamaño del fruto.
Intensidad
de raleo.
Se ha podido observar que a
mayor cantidad de fruto o mayor carga frutal, es menor el tamaño del fruto y
una mayor producción. Sin embargo, lo que se desconoce es la medida en que cada
una de éstos se ve afectada. Con respecto a esto, es necesario tener en cuenta
que por ser un sistema dinámico, se deben considerar otros factores, los que
influirán en uno u otro sentido.
Existen casos en que los
árboles podrían encontrarse subutilizados al encontrarse con frutas de mucho
calibre, o tener un gran desarrollo vegetativo. En estos casos se pudo haber
adecuado las prácticas de raleo y las de poda, aumentando sustancialmente la
producción del árbol.
Tamaño
de fruto.
Con relación al fruto, se
debe estandarizar la expresión del tamaño, debiendo, desecharse totalmente la
expresión sobre la base del calibre.
La importancia que tiene el
tamaño potencial del fruto de una determinada variedad, debe tenerse en cuenta
que es clave para obtener alta productividad. La primera razón para esto es
porque la exigencia de tamaño en el mercado de destino es dependiente de la
variedad, lo que significa que si se requiere un tamaño de fruto pequeño, como
es el caso del cultivar Gala, se puede obtener una mayor producción sin
importar tanto el tamaño.
6. Conclusiones
En el manejo de huertos
frutales mayores, con fines económicos, existen una serie de labores que se
deben realizar para poder cumplir el objetivo de éste.
Así como son la
fertilización, el riego, poda y otros más, no esta ajeno a éstas labores él raleo.
Para poder realizar un buen
raleo de los árboles se deben tomar en cuenta ciertos factores que influyen en
el buen desempeño de éste, como son; la época en que se realiza, la que depende
de la especie, variedad y ciertos factores externos al árbol. También cabe
destacar, la intensidad con que se debe realizar, en donde, además de depender
de los factores antes mencionados, esta ligado a la finalidad que tenga el
huerto o fruta que éste posea.
Otro factor importante a
considerar, es el tipo o método de raleo a emplear, ya que existen algunos que
prestan una mayor eficiencia y costo que otros.
En el caso del manzano,
existen diversas variedades que responden mejor a una época de raleo que otras,
independiente del tipo de raleo a utilizar. El modo de aplicar o realizar raleo
también se ve influenciado por el tipo de variedad o la finalidad que persiga
ésta.
Cabe mencionar que el raleo
más utilizado en ésta especie, es el raleo con productos químicos, en donde se
han llegado a obtener muy buenos resultados.
Bibliografía
Revista: Agricultura, Ciencia y Técnica
Universidad Autónoma Chapingo No 16 Junio de 2002. por Raúl Nieto Ángel y Fernando Gil Albert-Verde.
Revista: Agricultura, Ciencia y Técnica
Universidad Autónoma Chapingo No 16 Junio de 2002. por Raúl Nieto Ángel y Fernando Gil Albert-Verde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario