domingo, 2 de septiembre de 2012

tarea 3


Tarea 3
Raleo en frutales una práctica que mejora la calidad e incrementa la productividad frutícola
Índice
1. Introducción
2. Factores que se deben considerar en raleo.
3. Efectos del raleo.
4. Diferentes métodos de raleo.
6.  Conclusiones

1. Introducción
El raleo de frutos es una de las labores más importantes del manejo de huertos para muchas especies frutales, ya que determina la productividad del huerto, el calibre de la fruta y, en algunos casos como el manzano. Esta labor representa, además, una proporción importante de los costos totales de manejo. También existe un costo encubierto, representado por la disminución de calibre final de la fruta, producto del menor efecto de la labor al ser realizada tarde, normalmente en forma manual.

El exceso de fructificación es un fenómeno muy frecuente en árboles frutales, especialmente en Chile, donde por lo general no existen accidentes climáticos que limiten la floración, la cuaja de frutos y el posterior desarrollo de éstos.

Hay especies frutales que, salvo excepciones, en estado adulto fructifican todos los años en cantidad superior a aquella que es capaz de soportar el árbol o aquélla que permite obtener suficiente calidad. Entre éstas se encuentra el duraznero y algunas variedades de manzano. En otras especies, el exceso de fructificación ocurre año por medio, de manera alterada con otro en que hay una baja fructificación; esto ocurre en numerosas variedades de manzano.

El exceso de fructificación, o de carga como habitualmente se le denomina, produce una serie de dificultades, las que normalmente se traducen en cuantiosas pérdidas económicas. Entre los problemas derivados de una carga excesiva en los árboles, se puede mencionar él quiebre o desgaje de ramas, un tamaño insuficiente en la fruta, un tamaño insuficiente en la fruta, un retraso en la coloración y maduración de la misma y una menor o nula producción en el año siguiente.

También ocurre una diminución en el crecimiento vegetativo, que ocurre como resultado de la competencia que la fruta ejerce sobre los brotes por el uso de carbohidratos y elementos minerales.
Los inconvenientes del exceso de fructificación se pueden eliminar o atenuar en gran medida con raleo de frutos.

La operación consiste en remover el exceso de flores o frutos en estado inicial de desarrollo en árboles demasiados cargados, dejando un número suficiente para obtener un rendimiento aceptable, con fruta uniforme, de buen tamaño y calidad. Con esto se trata de que la disminución en el número de frutos sea compensado con el aumento del tamaño y el mejoramiento de la calidad de los mismos, disminuyendo de paso él quiebre de ramas y la producción alternada.

En el caso del manzano, raleo se debe realizar dentro de los 40 días siguientes a plena floración, si se quiere obtener una buena floración al año siguiente.
En variedades de duraznero propensas a la partidura de frutos, el raleo debe retardarse hasta después del período de endurecimiento de éste, ya que en estos casos, mientras más temprano se realice en manejo, mayor es el problema de partidura. En cambio, existen variedades en que la época más recomendada es al inicio del endurecimiento del carozo. En variedades de maduración temprana, es recomendado adelantarse a éste estado.

En general, existe un sin número de ventajas al realizar el raleo en árboles frutales, sin embargo, existen ciertas épocas de realizar este manejo, además de existir diferentes formas o modos de realizarlo, como es el caso del raleo manual, mecánico y químico. También existen algunas recomendaciones que se deben tomar en cuenta, dependiendo del tipo, variedad y condiciones agroclimaticas, entre otras, las que influyen en el buen desarrollo del raleo.

2. Factores que se deben considerar en raleo.
La finalidad de realizar la operación del raleo, es ajustar una adecuada relación entre la cantidad de hojas disponibles y el número de frutos. Se estima como óptima una relación de 20 a 40 hojas por fruto. En esta relación, se contabilizan no sólo las hojas adyacentes a cada fruto, sino el total de la ramilla, e incluso las de brotes vecinos sin fruta, siempre que estén ubicados por sobre él mismo en la rama.

Las cifras se refieren a fruta que llegue a madurez y al momento de ralear se debe bajar proporcionalmente a la caída de fruta que se espera desde el raleo en adelante, además del número de hojas que se presume aparecerán después. En general, al momento de realizar la operación, se considera la mitad del número de hojas por fruto.

Existe un mayor efecto en cuanto a aumentar el tamaño de la fruta y disminuir el añerismo al realizar una operación temprana de raleo. No obstante, al mismo tiempo aumentan los riesgos de que el número de frutos sea insuficiente, como consecuencia de ciertos accidentes climáticos, tales como granizo, heladas y vientos, entre otras. Esto puede ocasionar una pérdida adicional de frutos, lo que no sería conveniente en términos económicos.

Un factor extra a considerar es la caída natural de fruta, la ésta presente en muchos árboles. Esta caída de fruto ocurre pocos días después de la cuaja. Además existe una segunda caída, la que ocurre unas semanas después, en donde el fruto tiene un diámetro aproximado de 1 a 3 cm.

En especie y variedades muy expuestas a la caída de fruto, se recomienda realizar un raleo con posterioridad a la caída.
Hay ciertos huertos en donde la producción alternada es un problema, y debido a éste, se recomienda efectuar raleo antes del período de inducción floral, el cual ocurre aproximadamente a mediados de primavera en pomáceas y a fines de primavera en frutales de carozo.

Cuando ocurre un accidente natural o de manejo, como es el caso de heladas, granizos, aplicación errónea de algún químico, que pueda causar la caída de fruto, se debe dejar pasar suficiente tiempo para que estos efectos se manifiesten completamente, antes de realizar raleo.

Existen otros factores que se deben considerar antes de realizar un raleo, y así lograr los resultados esperados con esta operación. Alguno de los factores son:
Según la especie y la variedad.
Existen algunas diferencias en el tamaño del fruto entre las especies y entre las variedades. Con relación a esto, en algunos casos, raleo debe ser realizado en una época más temprana o tardía. Además se debe dejar un mayor o menor espacio entre los frutos.
Dependiendo del vigor del árbol frutal.
En árboles con poco vigor necesitan de un raleo más severo y con una mayor frecuencia, en comparación con los árboles que poseen un mayor vigor. Esto se debe a que los árboles que poseen un bajo vigor, desarrollan una fruta que no se compara con la de los árboles que contemplan un mayor vigor.
Según la carga de fruta.
Cuando el árbol, en su conjunto, esta moderadamente sobrecargado, puede ser conveniente realizar un raleo. Esto es importante cuando la fruta tiende a agruparse en racimos, en donde la función o el objetivo del raleo, es distribuirla en forma regular.
Otro factor importante a considerar, es cuando algunas ramas o porción del árbol posee una carga marcada o excesiva, ya que éstos árboles no desarrollarán una fruta de buena calidad o presentación, en comparación con un árbol que posee una carga uniforme. En este caso es recomendable proceder al raleo.
No es necesario realizar el raleo solamente cuando el árbol se encuentra con una sobrecarga, sino también es recomendable, cuando una parte o segmento de éste, se encuentre con una excesiva carga de fruta.
Dependiendo del tipo de suelo.
Desde el punto de vista de la fertilidad o de la reserva de humedad, un suelo puede ser pobre, en donde la carencia de éstos, puede retardar el desarrollo del fruto y como consecuencia, la obtención de fruto de menor tamaño. Debido a esto, acompañado de un programa de mejoramiento de suelo, es conveniente realizar un raleo aún cuando la carga no sea más que moderada.
Según la edad del árbol.
En árboles viejos, muchas veces es necesario realizar un raleo, con el objetivo de que la fruta alcance un mayor tamaño, ya que estos árboles se caracterizan, en su mayoría, por poseer una fruta de un tamaño reducido.
3. Efectos del raleo.
Una de las razones principales por las cuales se realiza el raleo, es el beneficio que se logra en el tamaño de la fruta, lo que ocurre en mayor grado mientras más temprano se lleve a cabo, debido a la reducción en la competencia en el período de división celular.
Desde el desarrollo de la flor, se comienza a fijar el potencial de tamaño del fruto, por lo tanto un fruto que cuente con un tamaño grande en sus inicios, también en la madurez contara con ésta característica. En el caso de un fruto con un tamaño reducido en su inicio, mantendrá ésta condición.

Dada la importancia que tiene el tamaño del fruto, la eliminación de los frutos que cuenten con un tamaño reducido, mejorara el calibre de los otros frutos que se mantendrán en el árbol. Esto se debe a que se disminuye la competencia, aumentando el desarrollo de los frutos que persisten en el árbol.

La estimulación de la iniciación floral del año siguiente, también es un efecto a considerar, debido a que ésta se encuentra gobernada por el balance entre la superficie foliar del dardo y las semillas del fruto, ya que las hojas que proveen de carbohidratos, favorecen la formación de flores en los dardos. En éste caso, raleo elimina algunos embriones jóvenes, los que producirían inhibidores de la floración.

Raleo también mejora la calidad, tanto en apariencia del fruto, como en el gusto de éste.
El mejoramiento del color en la fruta, también se ve beneficiado por el raleo. Esto es de suma importancia al momento de comercializar la fruta, dado que existen ciertas normas y exigencias en el mercado.

Lo esencial del raleo, es buscar un aumento en el calibre del fruto y la formación de yemas, pero a su vez se pueden obtener un sin número de otros beneficios, tales como; un mejor color, un mayor contenido de azúcar, un mejor control sanitario, y muchos otros beneficios.
Otro factor que se debe considerar es la rotura de árboles, que a menudo es un aspecto que se descuida, y por esto, una sobre carga de fruta en el árbol puede traer graves consecuencias.

4. Diferentes métodos de raleo.
Existen ciertos métodos que se utilizan para el raleo, los cuales pueden o no depender de la situación del huerto.
Raleo Manual.
Este tipo de raleo, en términos generales, consiste simplemente en el derribe de las flores o frutos con las manos. Antiguamente los frutos se raleaban a una distancia predeterminada, pero en la actualidad se ha podido observar que el raleo es mejor realizarlo por tamaño. Este consiste en el derribo de frutos pequeños o débiles, independientemente del espacio comprendido entre los que quedan, aunque con las mismas consideraciones generales dadas para la intensidad del raleo deseado. Sin embargo, si se realiza un raleo por tamaño se debe tener un cuidado especial para no dejar frutos juntos, de forma que no se compriman entre ellos o contra las ramas. Es de real importancia tener éstos cuidados con especies y variedades que posean un fruto grande y, además de un pedúnculo corto o pequeño.
Raleo Mecánico.
Este tipo de raleo puede ser realizado de diversas formas; Se puede efectuar un raleo efectivo en floración o poco después, mediante un chorro directo de agua a alta presión producido por un pulverizador manual.
Otro método es el uso de una brocha de cerda rígida para "barrer" algunos frutos que son aún muy pequeños.
También se puede utilizar un vibrador, el cual puede ser el mismo que se utiliza para la recolección mecánica.

Se requiere de cierta habilidad para evitar un raleo en forma excesiva.
Este método presenta ciertos inconvenientes, los cuales son; Derriba los frutos sin distinción, es decir, elimina tanto los frutos grandes como los pequeños.
Dado a que existen ciertas zonas del árbol que son más consistentes, puede derribar una mayor cantidad frutos, lo cual puede ser perjudicial.
Existe un porcentaje de frutos que caen posteriormente, y esto se debe a las lesiones que sufren durante la operación.

Raleo Químico.
El raleo químico se realiza en árboles en donde se espera una gran fructificación, este se desarrolla mediante la aspersión de un producto químico.
Las respuestas al raleo químico son variables, es por esto que es recomendable realizar ciertas pruebas o ensayos con algunos árboles, antes de realizar la aplicación generalizada en el huerto. Estos ensayos se deben realizar, como mínimo, en un período de tiempo de un año, se debe considerar las dosis y fechas de aplicación. Todo esto acompañado de los diversos factores que se deben considerar para realizar un raleo.
Existen ciertas ventajas que posee raleo químico, en comparación con un raleo manual o mecánico, las cuales son:
Ø  Los costos son mucho menores.
Ø  Se obtiene un mejor tamaño en el fruto.
Ø  La calidad del fruto es mejor.
Ø  Existe una mayor regulación en la alternancia de ciertas especies y variedades.
Él raleo químico también tiene ciertas desventajas, si se compara con el raleo manual o mecánico, como son; Puede existir un raleo muy intenso.
En el manzano, se ha aplicado tradicionalmente el raleo químico de frutos, aprovechando la diferencia que existe en el desarrollo de diferentes flores del ramillete floral. Básicamente han existido dos enfoques:

El primero a sido dirigido a las flores, durante el período de floración, utilizando productos caúticos como es el caso del Dinitro orto cresol (DNOC).
El segundo enfoque, es el dirigido a los frutos, en el período que contempla de 2 s 3 semanas después de la floración, encontrándose con frutos de 9 a 11 mm., Utilizando productos como el Ácido naftalén acético (NAA) y Carbaryl.
Actualmente la estrategia relativamente estandarizada, es la aplicación de Selinon, seguido de Carbaryl, aunque existen algunos problemas que serían derivados de la aplicación de éste, provocando russet, disminución del número de semillas y también una disminución en el tamaño del fruto.
Se debe destacar que el criterio basado en el tamaño del fruto, se encuentra obsoleto en algunas áreas de cultivo, considerando que en la actualidad existe un período de sensibilidad dentro del cual, se recomienda realizar aplicaciones de reguladores, basándose en las condiciones ambientales.

Existe otro elemento que ratifica la necesidad de realizar la labor de raleo químico, sobre todo en Chile, debido a que productos tradicionalmente utilizados como raleadores de post-floración, como es el caso de Carbaryl, ha demostrado que en aplicaciones tempranas, como es el período de floración, tiene una mayor actividad raleadora, la que resulta más apropiada a las condiciones. En el caso del NAA, ha demostrado que en la aplicación temprana, como es el período posterior a la caída de pétalos, también tiene una mayor actividad raleadora.

Época de raleo.
El efecto de la época, se puede apreciar en aquellos árboles que quedan con baja carga frutal desde sus inicios, los que sólo necesitarán de raleos muy suaves para alcanzar frutas de buen calibre. Esta decisión puede ser fundamental, pues la mayoría de las veces el repaso del raleo termina siendo más perjudicial que el haber dejado toda la fruta en el árbol, porque la cantidad eliminada, especialmente en aquellos árboles que necesitaban un raleo suave, afecta en mayor proporción la producción y no tanto el tamaño del fruto.

Intensidad de raleo.
Se ha podido observar que a mayor cantidad de fruto o mayor carga frutal, es menor el tamaño del fruto y una mayor producción. Sin embargo, lo que se desconoce es la medida en que cada una de éstos se ve afectada. Con respecto a esto, es necesario tener en cuenta que por ser un sistema dinámico, se deben considerar otros factores, los que influirán en uno u otro sentido.

Existen casos en que los árboles podrían encontrarse subutilizados al encontrarse con frutas de mucho calibre, o tener un gran desarrollo vegetativo. En estos casos se pudo haber adecuado las prácticas de raleo y las de poda, aumentando sustancialmente la producción del árbol.

Tamaño de fruto.
Con relación al fruto, se debe estandarizar la expresión del tamaño, debiendo, desecharse totalmente la expresión sobre la base del calibre.
La importancia que tiene el tamaño potencial del fruto de una determinada variedad, debe tenerse en cuenta que es clave para obtener alta productividad. La primera razón para esto es porque la exigencia de tamaño en el mercado de destino es dependiente de la variedad, lo que significa que si se requiere un tamaño de fruto pequeño, como es el caso del cultivar Gala, se puede obtener una mayor producción sin importar tanto el tamaño.

6. Conclusiones
En el manejo de huertos frutales mayores, con fines económicos, existen una serie de labores que se deben realizar para poder cumplir el objetivo de éste.
Así como son la fertilización, el riego, poda y otros más, no esta ajeno a éstas labores él raleo.
Para poder realizar un buen raleo de los árboles se deben tomar en cuenta ciertos factores que influyen en el buen desempeño de éste, como son; la época en que se realiza, la que depende de la especie, variedad y ciertos factores externos al árbol. También cabe destacar, la intensidad con que se debe realizar, en donde, además de depender de los factores antes mencionados, esta ligado a la finalidad que tenga el huerto o fruta que éste posea.
Otro factor importante a considerar, es el tipo o método de raleo a emplear, ya que existen algunos que prestan una mayor eficiencia y costo que otros.
En el caso del manzano, existen diversas variedades que responden mejor a una época de raleo que otras, independiente del tipo de raleo a utilizar. El modo de aplicar o realizar raleo también se ve influenciado por el tipo de variedad o la finalidad que persiga ésta.
Cabe mencionar que el raleo más utilizado en ésta especie, es el raleo con productos químicos, en donde se han llegado a obtener muy buenos resultados.

Bibliografía
Revista: Agricultura, Ciencia y Técnica
Universidad Autónoma Chapingo No 16 Junio de 2002. por Raúl Nieto Ángel y Fernando Gil Albert-Verde.

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