22/09/12
Reporte de
lectura
La realidad es un desastre; mientras que la gente buena es recluida en
campos de concentración, en cárceles o aislada en celdas, los canallas están al
frente de los gobiernos, por encima de los ricos y los pobres, de hombres
importantes o insignificantes. Unos han sido arrestados por vender en el
mercado negro y a otros por esconderse o por esconderse o por ayudar a los judíos a hacerlo, y los que son
nacionalistas desconocen el futuro.
En el anexo secreto continúan los disgustos. Ahora Dussel contra la
familia Frank, el tiempo es pésimo. Están bombardeando a cada rato el paso de
Calais y la costa occidental de Francia.
La radio de Inglaterra informo en ingles
que están once mil aviones y que trabajan sin descanso transportando
soldados y bombardeando atrás de las líneas alemanas. Ya están combatiendo
ingleses con norteamericanos.
Todos están conmovidos en el anexo. Se hacen la pregunta. ¿Será verdad que
pronto saldremos liberados, como siempre hemos deseado, resulta tan
maravilloso, tan hermoso, como para haber hecho esperar tanto? Esos
desgraciados nazis los han mantenido en la presión y han estado amenazados por
bastante tiempo.
No salvaran solo a los judíos sino a toda esta nación. Holanda y Europa
están ocupadas. Margot cree que en septiembre u octubre se podrá regresar a la
escuela.
Se ha calado un poco el entusiasmo de aquel día, pero esperan que el
conflicto termine a fines de 1944.
A todo vapor sigue lo de la invasión, a pesar del mal tiempo, las
tormentas incontables ya, las lluvias y las fuertes mareas. Los pueblos
franceses que han sido liberados por los ingleses.
Los holandeses que menosprecian a Inglaterra y califican a sus
gobernantes y a la nación misma como viejos achacosos y cobardes; estos
holandeses pese a ello, también odian a los alemanes.
Fueron tomadas Cherburgo, Vítebsk y Slobin. Cinco generales de Alemania
murieron y apresaron a otros.
La gente religiosa debería alegrarse, pues no todos tienen la capacidad
de creer en lo sobrenatural. No es necesario siquiera temer a los castigos
después de la muerte; a muchos les parece muy difícil imaginar el purgatorio,
el cielo o el infierno, pero pese a ello ser religioso, de la creencia que sea,
encierra la capacidad de recorren el buen camino. Se trata más de mantener
elevada la honra y la mente, más que temer a Dios.
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