domingo, 21 de octubre de 2012

diario segundo parcial


Declaración amorosa.


Amable señorita:

 Después de contemplar su rostro, en el que tan bellamente se refleja su alma, no pudiéndome dominar por la amorosa impresión recibida, que me tiene gratamente inquieto pensando en usted, he  decidido comunicárselo leal y francamente, rogándole me dispense si me atrevo a hacer tal cosa y a poner los ojos en usted. La culpa la tienen los ojos suyos, que me atrajeron con fuerza irresistible y que no se borran de mi imaginación.

No vaya usted a burlarse de esta declaración sincera y noble que he meditado mucho. Cuando un hombre habla así es porque ha llegado su hora de sentir y amar, y el amor merece toda nuestra consideración, porque es un sentimiento generoso.

Espero que usted sea también generosa y comprensiva y que sepa disculpar esta audacia al escribirle para llevar a su espíritu, la buena nueva de un afecto que sus gracias físicas y morales me inspiraron.

Es así que estas letras, respetuosas y tímidas, van a sus bella manos con todo el sentimiento de un caballero que la respeta, la admira y la comprende y que no quisiera perturbar su paz, sino más bien contribuir a su merecida felicidad, adorándola serenamente como se adora a la mujer.

Su humilde servidor, muy atento y devotamente, su rendido admirador que sueña con amarla intensamente y sin dudas…


No hay comentarios:

Publicar un comentario