Impacto de los
cultivos transgénicos en la agricultura en México
Guillermo Carrillo Castañeda1
"Si
el ser humano está hecho de maíz, según la creencia ancestral, entonces nadie
puede adueñarse de eso, porque sería como querer ser dueño del propio espíritu
indígena". (Mariusa Reyes BBC Mundo, México)
Para
hablar del impacto de los cultivos transgénicos en la agricultura mexicana es
necesario hacer una reseña muy breve de los hechos históricos que han causado
impacto en la agricultura en esta región.
En el
siglo XVI, los hechos que afectaron e hicieron cambiar en cierta medida a la
agricultura que practicaban los indígenas fueron: 1. La introducción del
conocimiento del viejo mundo, la maquinaria agrícola particularmente (arado de
madera, las rejas de metal para el arado, la hoz, las palas, el machete, etc.),
así como el caballo, la mula y el buey, animales de tracción y transporte y 2.
La introducción de nuevos cultivos agrícolas como el trigo, centeno, caña de
azúcar, ajo, especias, aceite, frutales y hortalizas. Además la dieta en el
México conquistado se enriqueció con la introducción de aves de corral, el
cerdo, el queso y el vino.
Los
indígenas mostraron particular interés por adquirir las nuevas semillas y
experimentar con ellas, según lo describe Bernal Díaz del Castillo, y al
aprender la nueva tecnología fueron adoptando paulatinamente los nuevos
cultivos y combinando los conocimientos tradicionales con las prácticas agrícolas
importadas las que importan a su propia cultura.
Tres
son los grandes efectos ambientales que
aquejan al mundo: el efecto invernadero, el adelgazamiento de la capa de ozono
y la pérdida de biodiversidad. A nivel local, en nuestro país, los principales
problemas que son un reto para resolver son: la erosión de los recursos de los
suelos y la pérdida del suelo orgánico por la salinización, la disponibilidad y
acceso al recurso agua, la desertificación y la contaminación ambiental.
Debido
a la propagación de las plantas modificadas genéticamente mediante procesos
naturales como el vuelo del polen y la hibernación de las semillas, éstas
pueden convertirse en una amenaza para las explotaciones agrícolas vecinas o
para las áreas protegidas. Los pólenes de canola y maíz por ejemplo son
transportados por el viento y por los insectos a largas distancias,
transportando también sus propiedades de resistencia a los herbicidas y a los
insectos y transmitiéndolas a plantas de la misma especie. Las plantas y las
semillas modificadas genéticamente se dispersan al sembrar, durante la cosecha,
durante el procesamiento y luego a lo largo de las rutas comerciales en todas
las direcciones. Las grandes empresas de agrobiotecnología se enriquecen con el
cultivo de transgénicos en dos instancias: Con la venta de semillas y con la
venta de grandes cantidades de herbicidas totales correspondientes. La
utilización de estos productos agroquímicos dañan el suelo y el agua, e incluso
a personas y animales en la vecindad.
El
cultivo de los transgénicos Bt puede también aumentar el nivel de plagas
secundarias tales como chinches y ácaros, que a su vez deben ser controlados
con más insecticidas.
1Profesor
Investigador del programa de genética del Instituto de Recursos Genéticos y
Productividad (IREGEP), Colegio de Postgraduados.
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